El embarazo, parto y crianza es un maravilloso proceso natural lleno de incógnitas. Hoy en día incluso la propia fecundación supone para muchas parejas un camino incierto.
La mujer embarazada siente el deseo de controlar y manejar todos los aspectos del proceso lanzándose desde el primer momento a una búsqueda incesante de información, llevando controles sanitarios paralelos con distintos profesionales, buceando en internet en foros de opinión o atesorando asesoramiento en distintos contextos y, de ahí, lo más probable es que acabe ante una lista de objetos, materiales y demás novedades que se presentan como imprescindibles para hacer este viaje. La gran aventura ha comenzado con una maleta rebosante y pesada, tan pesada que a medida que los días y meses se van cumpliendo esta se transforma en un compañero de viaje más y más controlador: el miedo.
Desde luego que el miedo nos afecta a todos, esto es una realidad y no es malo en sí, nos pone alerta en muchas cuestiones de nuestra vida. El problema surge cuando este lo impregna todo y nos condiciona de tal forma que nos desconecta de nuestra propia realidad.
¿Dónde está ahora la embarazada que quería controlar y manejar todo el proceso? Atrapada y asustada termina viviendo lo que es un proceso natural como una enfermedad. Es un estado a veces tan sutil que puede acompañarla de forma latente y hacerse visible en cualquier momento: durante el embarazo, durante el parto o durante la crianza.
Ahora la información aterroriza, los cambios físicos y la fragilidad emocional desconciertan. Las cosas discurren de forma distinta a como se habían imaginado. Surgen el miedo al dolor, las alteraciones del proceso natural del embarazo, la ansiedad ante el parto, la depresión post parto y la desconfianza hacia su propia valía como madres, a no saber cómo atender las necesidades del bebé o bebés.
El miedo, la desconfianza y la ansiedad hacen acto de presencia en sus vidas.
Hace unos días tuve la suerte de compartir con Patricia y Luis la experiencia del nacimiento de su primer hijo. Llegaron al paritorio asustados, muy asustados: ella, por su dolor; él, por lo que le estaba pasando a ella. Y en tres contracciones, tan solo en tres contracciones, descubrió por sí misma de lo que era capaz. Conectando con su propia respiración, conectó con el dolor en su cuerpo. “Pero esto”, me pregunta, “¿ cómo es posible?”. No hay magia, simplemente una habilidad innata en nosotros. Había hecho un programa de educación maternal y nadie le había enseñado a respirar: en él había mucha teoría, poca preparación y mucha información que acentuó su miedo a lo que le podría pasar. El caso de Patricia no es aislado, cada vez son más la mujeres que acuden de esta manera.
Los programas basados en el mindfulness en este contexto tratan de algo tan básico como aprender habilidades no para controlar, sino todo lo contrario, para permitir y aprender a manejar este proceso natural desde la atención plena, conectando cuerpo y mente como parte fundamental de la educación para el embarazo, parto y crianza.
Mindfulness o atención plena es conciencia, “una conciencia que se desarrolla prestando una atención concreta, sostenida y deliberada y sin juzgar al momento presente tal y como se despliega: momento a momento” (Jon Kabat-Zinn).
Las parejas que realizan este tipo de programas se dan cuenta de cómo la práctica impregna su día a día y que la complicidad que se genera entre ellos es aún mayor. Cierto que muchas experimentan un recelo inicial cuando se les habla de meditación, cuando se les pide quietud al observar sus sensaciones corporales para ir percibiendo los cambios que acompañan el avance del embarazo y mucho más cuando practicas con ellos el abordaje del dolor. ¡La rapidez con la que huyen de la experiencia!. Pero poco a poco la calma y claridad de mente se instalan en sus vidas y ese miedo queda contenido al recrearse conscientemente en esta maravillosa aventura desde un posicionamiento de confianza, empoderamiento, fuerza y resiliencia. Y ligeros, muy ligeros de equipaje.
Para obtener más información sobre el tema, puedes echar un vistazo al siguiente estudio sobre la preparación al parto a través de la práctica del mindfulness: "Benefits of preparing for childbirth with mindfulness training: a randomized controlled trial with active comparison"
Pilar Paradinas de Dios
Matrona e Instructora Mindfulness-MBSR
www.pilarparadinas.es / paradinassati@gmail.com